lunes, 12 de noviembre de 2007

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA

La Empresa: su rol social y la responsabilidad social
Al buscar una justificación de por qué las organizaciones en general deben asumir su rol social, inmediatamente nos asoma, por asociación de ideas, los crecientes problemas1 que están afectando a la humanidad y que han sido resumidos en la definición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio hasta el 2015 promovidos por las Naciones Unidas en su intento por sensibilizar al mundo entero de los peligros que ponen en riesgo su propia existencia. Toda organización, por formar parte de un sistema social, además de producir bienes y servicios, para asegurar su estabilidad, continuidad y crecimiento; deben cumplir objetivos sociales. Ello no significa necesariamente que deban encargarse de resolver problemas sociales puntuales que aquejan a las sociedades donde actúan, sino que responderán como instrumentos para satisfacer las necesidades sociales y amoldar su accionar a la moral y a la ética imperantes. No cabe duda que el aspecto social incide en la planificación estratégica y en las decisiones de las empresas, en el marco de los procesos sociológicos y culturales, los cuales se dan en dos sentidos: los cambios de la sociedad penetran en la empresa y el accionar de ella afecta los cambios de la sociedad. La empresa entonces es un subsistema del sistema sociedad, y como tal mantiene una relación de interdependencia con los otros subsistemas de la misma. Por ello, para cada realidad es necesario definir los subsistemas político, social y económico en la sociedad con el fin de establecer el rol de las empresas según su dimensión. De este modo, al tener las empresas un rol definido por el conjunto de obligaciones que se derivan de su función en la sociedad, es decir, un rol eminentemente económico, éstas sólo deberán asumir, desde mi particular punto de vista, un conjunto de obligaciones económicas. ¿Por qué y cómo la empresa debe “invertir” en responsabilidad social? Antes que nada hay que identificar las limitaciones que el concepto de responsabilidad social tiene para los empresarios dado que el tema se ha centrado más en asuntos de tipo ambiental, desarrollo sostenible y producción más limpia, que, sin lugar a duda, es uno de los frentes de gran atención por la importancia que ello reviste para el planeta y la misma humanidad, pero no debe ser el único. Aspectos como la educación, la salud, la vivienda, la infraestructura productiva y social y la alimentación son muy poco atractivos por quienes se interesan por los temas de responsabilidad social empresarial. La responsabilidad social para los empresarios debe ser entendida desde varios aspectos. En primer lugar, permite que las empresas desarrollen una visión integral de futuro que incluya la comunidad donde actúa y la sociedad en general. En segundo lugar, implica nuevas formas de organización con mecanismos reales de eficiencia y productividad para sus trabajadores, todo lo cual redunda en ganancias/utilidades presentes y futuras. En tercer lugar, implica que su proyección interna y externa promueva no solo la dotación de dinero y equipos, sino la participación activa de sus trabajadores en las actividades que desarrolla la sociedad. Sin embargo, en la manera cómo se viene abordando el tema de responsabilidad social existe una aparente contradicción con los intereses de las empresas y los empresarios de cara a su función netamente económica. Es por esta razón que se debe hablar de “inversión” y no un “gasto” al momento de abordar el tema de responsabilidad social dado que es poco probable que una empresa asuma una política de responsabilidad social si se le convierte en un gasto que va en contra de sus intereses económicos, pues no podemos desconocer que en el lenguaje empresarial todo se mide en costos de inversión que produce retornos en utilidades. De otro lado, si tenemos en cuenta que, bajo la perspectiva actual, los objetivos empresariales de la empresa están enfocados a lograr mayor competitividad y productividad; la responsabilidad social empresarial debe abarcar aspectos internos y externos. Los primeros están orientados a los trabajadores, sus asociados y accionistas, y los segundos, los externos a clientes, proveedores, familia de los trabajadores y el entorno social donde actúa. Queda entonces el reto de hacer que los conceptos de productividad y competitividad a la vez que se constituyen en la razón que lleva a que las decisiones gerenciales se hagan valorando el costo beneficio, la inversión realizada con respecto a las utilidades generadas, pero desde una perspectiva del largo plazo que no ponga en riesgo el futuro de la empresa misma.

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